lunes, 11 de marzo de 2013

PICO DE LORO!

Escuchaba sobre ti, pero susurraba dentro de mi: Que exagerados montañistas... quieren causar impresión
Me atreví como valiente, cual caminante principiante, a explorar tus curvas inconstantes
Poco a poco y lentamente pisaba tu piel húmeda y habitada de seres con mucha suspicacia
Te visualice entre arboles y rocas, pero no veía nada que se aproximara a la belleza escuchada
Continué...
El cansancio en mis piernas débiles y agotadas, me quería vencer
Pero no, la poca modestia de mi mente, no me dejaba
Pensaba... ¿que tan bello puede ser? no veo nada diferente a una selva
Cada vez eran mas fuertes y acelerados los latidos de mi corazón
Cada vez sentía menos circulación en mi sangre
Divise a lo lejos una pequeña luz, escuche un poco de agua caer... pero no era la cima
Tuve la oportunidad de beber agua pura, de parar y de reflexionar... ¿que importa lo que escuche? ¿es realmente importante comprobar lo que otros dicen?
NO... estaba viviendo una fiesta, donde yo era la invitada principal, con seres mágicos que me daban energía y potencial, así que seguí mi camino, paciente y atraída...
Tuve tiempo de cantar, de imaginar, de meditar y hasta me senté en su sala, quise capturar aquella corta visita con una fotografía, pues es algo que recordare, pero su imagen quiero conservar.
No supe en que momento paso, solo se que paso... abrí cual ansiosa forastera  sus ultimas ramas, y entre ellas encontré un indescriptible olor, sabor, y sensación a placer....
Llegue a Pico de Loro! ... si señor, lo logre!
Solo mire y me dije: Que atenuantes montañistas... esto es mucho mas de lo que podría imaginar...
Era como ser libre y dueña del cielo por un segundo, era como estar en el paraíso que ves en tus sueños...
Mucho mas que eso, era ese mágico lugar, en donde no existe nadie mas para ti, que el cielo, el viento, las aves y tu acompañándolas a volar...
Quise llegar hasta la punta de tu cima... Pico de loro... que bello fue desnudarte y sentirte tan cerca...
pero bajar de tu silueta, fue tan triste, como cuando le cortas las alas a un cóndor.

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